miércoles, 24 de julio de 2013

QUE NOS PROPONEMOS

RECUPERAR UN DESTINO COMUN PARA TODOS LOS ARGENTINOS
Nos proponemos reconciliar al pueblo, a fin de erradicar el clima de desunión que fragmenta nuestra sociedad y que posibilita que dirigentes inescrupulosos usen su poder para satisfacer su codicia y lucren con las necesidades de gran parte de nuestra población.
El Capitalismo de amigos, desnaturaliza el funcionamiento de las reglas económicas creando una corrupción sistémica.
Creemos que es necesario erradicar la corrupción que erosiona el funcionamiento del Estado y la sociedad civil. La corrupción mata, crea pobreza, la corrupción consolida injusticias.
Nos comprometemos a poner en vigencia el respecto de nuestras instituciones tal como lo establece la Constitución Nacional. Poner fin a un hegemonismo presidencial que aplasta la democracia y funcionamiento del sistema republicano, representativo y federal y del equilibrio de poderes, garantizar la independencia de la justicia, asegurar elecciones limpias y respetar todas las libertades que constituyan el patrimonio de una Nación democrática.
Casi todos los índices económicos, sociales culturales y políticos reflejan un declive, consecuencia de rara decisiones de gobierno que han desactivado nuestra vitalidad creativa.
Debemos con urgencia, revertir el proceso de deterioro económico creando nuevas condiciones para abrir oportunidades a la producción, generar una verdadera justicia social y solucionar con urgencia el estado de pobreza y exclusión en que ha caído una parte importante de la población argentina.
Es imprescindible recuperar el sistema federal de gobierno, hoy completamente desnaturalizado. Para ello las provincias deben contar con los recursos nacionales que les correspondan en forma automática sin necesidad de claudicaciones ni humillaciones.
No podremos ser un país que aproveche las grandes oportunidades de progreso que nos ofrece el presente, si no desterramos el fraude, la corrupción y el ocultamiento de la verdad. Las erróneas y engañosas políticas económicas postergaron el desarrollo del país; la inescrupulosa administración de la infraestructura y la mala gestión de los recursos del Estado, han destruido y despilfarrado gran parte de la riqueza nacional.
Estamos convencidos que es condición de cualquier gestión responsable de gobierno apelar a las personas con mejor preparación profesional, capacidad tecnológica y ética personal, para hacer frente a los desafíos que plantea el mundo global en el siglo XXI.
Somos el octavo país en el mundo en extensión territorial y mientras todos los que nos preceden son grandes potencias políticas, económicas, industriales o militares, la Argentina no cesa de declinar en el rango que le cabe entre las naciones del mundo.
En un mundo cada vez más globalizado, interdependiente, complejo y cambiante el futuro de la Argentina, su inserción estratégica, su independencia y su nivel de prosperidad, dependerá indefectiblemente de nuestra relación con el resto del mundo. 

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